viernes, 11 de mayo de 2012

Textileria mapuche



También el hilado de la lana es ocupación de toda mujer mapuche.
Con su uso que gira en torno a la tortera, va produciendo hilos de distinto grosor, dependiendo de la prenda que piensa fabricar. 
En el proceso de teñido, usan nalca o relvún para los tonos rojos, maqui o barro para los negros, cochayuyo o radal para los tonos pardos. 
Para tejer frazadas, mantas, choapinos y alfombras se usa el telar vertical, en que se distribuyen los complicados diseños y símbolos que se han transmitido de generación en generación.
Las fajas de hombres y mujeres, de textura y tejido más finos, se tejen en telares horizontales, tendidos en el suelo, como los usados en los Andes Centrales.

El nahuel y el hombre perdido

¿Sabías que "nahuel", en mapuche, significa "hermano tigre"? Esta leyenda te cuenta cómo el felino más grande del mundo ayudó a un guerrero que estaba perdido.

EL MUNDO DE TAHIEL


Cultura diaguita







La primera fase histórica se caracteriza por algunos platos profusamente decorados en su interior, en los que predomina como color base el rojo, sobre el que se pintan motivos geométricos sobre bandas blancas con diseños en rojo y negro.

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Luego deviene la fase llamada "Clásica" por los arqueólogos, ya que en ella se encuentra el momento más brillante en el desarrollo estilístico de la cerámica diaguita.
Los platos se estructuran en una forma compuesta, con paredes rectas y bases redondeadas, con mayor utilización de motivos antropomorfos en las bandas decoradas externas.

Por sobre todo destacan los conocidos "jarros patos", cuyas formas son antropomorfas, ligeramente elipsoidales, con una asa que une la cabeza representada con la abertura del jarro.

La cerámica llamada "jarro zapato", es asimétrica, decorada con incisiones y aplicaciones sobre relieve, algunas de las cuales son de gran originalidad. 


Hacia el año 1470 D.C. el Imperio Inca comenzó la conquista del territorio chileno, interrumpiendo violentamente la hasta entonces apacible vida de los diaguitas, quienes se vieron obligados a trabajar en la explotación de recursos mineros, para provecho de la Administración Inca.

Pero también es cierto que la ocupación inca enriqueció la Cultura Diaguita, entregándole nuevas técnicas de regadío, metalurgia y motivaciones artísticas, lo que se demuestra en la utilización de formas y diseños provenientes del Cuzco, en la alfarería local.

Artesania Atacameña

Se denomina Cultura Atacameña al asentamiento humano que desarrolló una estructura social alrededor de los oasis que circundan el Salar de Atacama, en la II región de Chile. La Cultura de San Pedro de Atacama tiene sus inicios cerca del año 500 A.C. cuando se consiguió transformar los oasis en áreas de cultivo, a través de importantes obras de regadío; además, a través de caravanas de personas con llamas y cargas provenientes desde el altiplano (hoy en día perteneciente a Bolivia), se generó un contacto cultural que introdujo las cerámicas rojas y negras pulidas, entre otros tipos de alfarería. 
Su mayor período de florecimiento cultural se sitúa entre los años 300 a 900 D.C, donde destaca la Cerámica San Pedro Negra Pulida, que es monocroma, con un pulimento que le da un aspecto brillante.
Cuando el Imperio Tiwanaku comienza a decaer, hacia el año 1.000 D.C, la cultura atacameña también se debilita... la producción de manufacturas se simplifica notablemente, al parecer, por los escasos estímulos provenientes de áreas de mayor desarrollo como el Lago Titicaca.

lunes, 30 de abril de 2012

El arte de nuestras raices

La artesanía es la expresión plástica del habitante de un lugar determinado y surge de necesidades elementales tanto como cubrir el cuerpo, juntar agua, cocer los alimentos y comer. La artesanía se desarrolla en relación directa al medio ambiente. A travez de sus formas, uno puede intuir cual es la naturaleza en medio de la cual vive el artesano: las piezas de cerámica del norte tienen el colorido cálido que el sol le impone; en el lluvioso sur, los colores de los tejidos son tan fríos como el clima.